jueves, 31 de octubre de 2013

Estar siempre cansado

CONSECUENCIAS DEL ESTRÉS
En su origen, el estrés fue un mecanismo de defensa. En momentos de peligro cuando nuestros antepasados eran cazadores, el estrés hacía que el organismo entero se preparara para el esfuerzo. Por eso, en situación de tensión, el cuerpo se transforma: toda la energía disponible se acumula para presentar batalla o para huir. El músculo se tensa. Se inhibe el pensamiento. Todo el cuerpo se concentra en el esfuerzo que hay que realizar. Todo está listo para el esfuerzo, para cazar, para huir o para pelear.

Tensiones
El problema es que el hombre de hoy no tiene enfrente a un oso, ni tiene que huir de un tigre para sobrevivir o morir. Tiene cuatro paredes, un teléfono, un telegrama, un jefe, una declaración de la renta, una multa de tráfico, un conductor irritante a su lado, hijos, padres, hermanos... El estímulo es muy distinto. Pero el mecanismo de reacción viene a ser el mismo.

Ese es el problema. Que todo se dispone para la lucha, pero no hay lucha. Ni siquiera hay un manotazo sobre la mesa o una protesta airada, porque la educación lo impide... Y ahí está lo grave. Hay una acumulación de tensiones que poco a poco van a ir quemándonos, van a ir poniendo en nuestro carácter irritabilidad, insomnio, cierta pesadez de estómago, fatiga, riesgo coronario, vaivén de tensiones... Y sobre todo, cansancio, un cansancio que empieza a ser crónico. No se liberan los síntomas que dejaron de atormentar a nuestros antepasados precisamente en el momento en que se salvaban.

¿QUÉ HACER?
Lo primero, ser conscientes de que así no podemos seguir. Por un lado, descargar tensiones acumuladas; revisar la escala de valores de cada uno, compartir y sentirse compartido como ser humano.

Es recomendable aprender a relajarse . El método 6-3-6 es muy práctico. Inspira por la nariz durante seis segundos, retén la respiración durante otros tres segundos, exhala durante seis segundos más. Si aprendes a utilizar el diafragma, en vez de los músculos del pecho, descargarás el corazón. Para ello, pon una mano sobre el centro del pecho y la otra justo encima del ombligo. Cuando veas que es esta última la única que se mueve al respirar, lo estás haciendo correctamente.

Si no padeces problemas circulatorios, ni acabas de practicar ejercicio fuerte, el baño caliente es uno de los mejores remedios para calmar los nervios. Añade al agua sales relajantes y no sobrepases los 15 minutos. Toma, además, alguna infusión.

UNA BUENA NUTRICIÓN, MEJOR
Es útil recurrir a todos los alimentos que nos puedan proporcionar vitaminas del grupo B, como son verduras de hoja verde, pimiento, tomate, carnes... También es bueno tomar alimentos ricos en hierro porque quizá ese cansancio pueda estar relacionado con un déficit de este mineral: carne roja, legumbres, pescado azul. Y no olvides aportar vitamina C con frutas como la naranja, porque así permitirá una mejor absorción del hierro. Y recuerda que siempre es mejor hacer cuatro o cinco comidas pequeñas al día, que dos copiosas.

Proteínas y vitaminas son elementos que mejor prensa tienen dentro de la nutrición. Y tanto unas como otras son esenciales en la lucha contra el cansancio. La función de las vitaminas que permiten la absorción de los nutrientes es conocida. Pero quizá no seamos conscientes de que, por ejemplo, lo que la digestión hace es extraer de las proteínas que comemos, los aminoácidos, que son sus componentes más preciados.

Hay 20 aminoácidos distintos, con los que se puede fabricar una enorme serie de proteínas diferentes. Bueno, pues de los 20, hay ocho, los llamados esenciales, que no pueden sintetizarse. Y debemos ingerirlos ya formados. Y son fenilanina, leucina, isoleucina, lisina, metionina, treonina, triptófano y valina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario